Caracas, 17 de enero de 2016.- Con el título que le damos a nuestras reflexiones de hoy, no queremos banalizar un hecho tan importante como el Mensaje Anual a la Nación del jefe de Estado, pero ¿cómo hacemos para no caer en la tentación de escrutar un discurso cargado de retórica? Es que tengo que contradecir a mi amigo Henrique Capriles cuando le dice a Nicolás “enchufado” porque de verdad, Nicolás está es desenchufado: desconectado de la realidad del país.
No hay otra manera de entender cómo en su mensaje anual, no le dedicó un segundo al grave problema de la violencia criminal y la inseguridad. Sólo se dedicó hablar de una guerra que él inventó y perdió esas. Son las vainas de Nicolás. El único que es capaz de inventar una guerra y perderla, pero más allá de las prescripciones médicas en base a “moringa”, entre otras estridencias que escuchamos en la AN, no percibimos la intención del gobierno de rectificar frente a la peor crisis económica del país.
Lo que nos deja claro que, para que las cosas realmente cambien, debemos cambiar el gobierno que, lejos de ser parte de la solución, lo es del problema. No entendemos cómo quienes han manejado todas las instituciones y han controlado todo, tengan ese discurso lastimero. Insisto eso de controlar todo y no ser responsable de nada, son vainas de Nicolás.
Durante poco más de 3 horas, se habló de las maravillas de la revolución, de toda su obra y sus esfuerzos y nos preguntamos si es tan buena la revolución ¿por qué hoy decretan emergencia económica? Los escuchamos hablar y pareciera que asumieron el gobierno ayer, que no son 17 años controlando todo: le cambiaron el nombre al país, la hora, la moneda, la bandera, el escudo, cambiaron hasta la cara del Libertador y si bien llenar de retratos del Libertador, no solucionó los problemas del país, retirarlos tampoco contribuye a salir de esto. Pero hablan aún de la 4ta República ¡Válgame! que no soy su defensor, pero un país no avanza buscando enemigos y culpables.
Un país avanza asumiendo responsabilidades. Por eso, hoy más que nunca, quienes creemos en una Venezuela próspera y moderna debemos unir los esfuerzos para superar la crisis económica, social y yo diría que hasta cultural que atravesamos. Mientras más irresponsable es el gobierno, mayor responsabilidad debemos tener los ciudadanos.
Aunque es cierto que desde el gobierno se deben tomar las decisiones para afrontar la crisis, desde la sociedad y la unión de la ciudadanía, podemos cambiar el gobierno y sus políticas nefastas, desde la sociedad, desde la familia, debemos lograr la transformación social y el cambio cultural, porque debemos reconocer que el gobierno no llegó sólo donde está. La cuenta es sencilla: si nos comportamos como siempre, votamos como siempre, ganan los de siempre y hacen lo de siempre, solo cambian el color de su franela y el nombre de su partido, pero son los de siempre.
Vamos juntos a construir la Venezuela moderna, vamos sin miedo al futuro, donde cada ciudadano con su aporte y su esfuerzo, construya un mejor país, vamos a dejar de vivir de la historia. Es momento de hacer historia. Dejemos de pensar que somos un país rico por tener muchos recursos naturales y generemos nuestras propias oportunidades, sin esperar, con la mano extendida, una gota de petróleo.
La riqueza y la prosperidad de una sociedad se mide por la capacidad de sus ciudadanos de producirlas y no por cuánto petróleo tengamos en nuestro suelo.