Caracas, 01 de febrero de 2015.- El bolsillo de los caraqueños recibió a finales del año pasado un golpe rotundo y certero a sus finanzas, el Metro de Caracas elevó sus tarifas y el gobierno apenas informó sobre la medida unos días antes de llevarla a efecto.
Ciertamente, es necesario un ajuste a la tarifa de la otrora “solución para Caracas”, pero este incremento al que está siendo sometido y que pecha sobre todo a la clase más necesitada del país, no tiene asidero, en primer lugar porque los recursos extras no van al propio sistema y en segundo lugar porque siguen siendo insuficientes.
El tema del Metro de Caracas debe llamarnos la atención y a la reflexión, millones de dólares y bolívares han sido aprobados para “mejorar” el sistema, esta es parte de la excusa para incrementar el precio del viaje. Se adquirieron vagones nuevos, pero el sistema sigue abarrotado, y más que una solución comienza a convertirse en el problema.
El Sistema de aire acondicionado, los sistemas de escaleras eléctricas, la seguridad fuera y dentro de sus instalaciones, ya son un leve recuerdo, una pequeña fracción de tiempo. De un pasado de organización y eficiencia hoy vemos al Metro de Caracas convertido en un bastión de la anarquía, donde el respeto por el otro no existe o está desaparecido por la escasez.
Propuestas de cambio hemos hecho en reiteradas ocasiones, la Mancomunidad Metro de Caracas sigue siendo una medida viable y de rápida implementación para mejorar al servicio de transporte subterráneo. Políticas de mejoramiento del transporte superficial y de vías exclusivas también son necesarias pero deben desarrollarse con una visión integral y verdaderamente metropolitana, para que su efecto pueda observarse en los cinco municipios del Área Metropolitana de Caracas.
Si bien, estamos ante los profesionales de la improvisación y el sin sentido, el tema de ciudad debe dejar de ser una incógnita para convertirse en un hecho cierto con acciones y medidas concretas, donde los ciudadanos sepamos hacia donde se dirige la planificación de nuestra Caracas.