Maracaibo, 01 enero de 2015.- Una “vecina peligrosa” tienen los habitantes de la urbanización Lago Azul, en la parroquia Manuel Dagnino. La cañada sin nombre que los bordea, los mantiene en vilo desde hace un año y divididos “desde toda la vida”. Vecinos reclaman su embaulamiento y la construcción de un puente peatonal para poder atravesarla.
Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, manifestó durante su visita al sector, que todo vecino que se sienta afectado con una cañada está en el derecho de pedir que sea revisada su condición. “En el tema de las cañadas hay mucho por hacer. Hay que cambiar la percepción de la gente porque las cañadas no deben ser el patio trasero de las casa, sino por el contrario, deberían ser lugares de esparcimiento y más aún durante las vacaciones de diciembre cuando los chamos sacan sus juguetes y tienen tiempo para compartir con sus amigos. Los vecinos de Lago Azul tienen toda la autoridad, como afectados, de pedir que se revise el estatus de la cañada y pueden organizarse para exigir acciones que mejoren esta situación”.
Isabel Gutiérrez, jubilada de 58 años, explicó que la cañada nunca se había desbordado hasta las pasadas lluvias. “Nosotros teníamos meses viendo que las bocas de visita que pasan por la cañada se estaban desbordando, pero nunca pensamos que eso traería consecuencias. Todas las tanquillas están tapadas con escombros y eso hace que el agua no corra como debe y por eso nos inundamos la última vez”.
Denunció además que los recursos para el embaulado habrían sido aprobados hace siete años. “Lo que siempre nos acompaña es la pudrición. Perros muertos y hasta cadáveres han lanzado aquí. Esta inundación ocurrió por la inconsciencia de la gente porque como se roban las tapas de las tanquillas, entonces ellos vienen y le echan escombros adentro. Eso no puede ser. Exigimos que alguien venga a verificar la situación y que nos digan si existen recursos para embaular esta cañada que cada vez es más peligrosa para nuestros nietos. No queremos pasar más diciembres así”.
Lilia Apiayu, vocera del consejo comunal, confirmó que el proyecto de embaulado lo tiene el Metro desde hace siete años. “Ellos asumieron el compromiso de ayudarnos con la obra y cada vez que vamos nos dicen que sí lo harán, pero nosotros no podemos seguir esperando. Si nos inundamos una vez, eso quiere decir que puede pasar otra vez y la situación económica no está para comprar corotos y colchones cada vez que nos inundemos. Además cualquiera se puede morir con la arrastrada de esa cañada”.
Por su parte Francisco David, cantinero de 52 años, expresó que desde hace 20 años están pidiendo una pasarela peatonal que los conecte con los barrios cercanos. “Yo tengo familia en el barrio del fondo y para ir a visitarlos tengo que dar el vueltón. Estamos cansados de vivir así y queremos que nos ayuden. Que nos pongan el puente aunque sea de papel. Nos conformamos con que instalen una cuerda o cualquier cosa que nos permita estar comunicados con el otro barrio”.