Caracas, 26 de marzo de 2014.- Al principio sonaba bonito. La llamaban "la mejor del mundo" y decían que era necesaria y suficiente para cambiar el rumbo de una nación. Le asignaron la tarea de refundar la República y asegurarnos vida, trabajo, cultura, educación, justicia social e igualdad. Esto, qué bonito sonaba, "sin discriminación ni subordinación alguna". Ella nos habló, ensalzada, del "Estado democrático y social de Derecho y de Justicia", con "preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político". Dibujó un "Estado Federal descentralizado" en el que "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo". Prometían democracia, participación, elección, descentralización, alternabilidad, responsabilidad, pluralismo.
Caracas, 23 de marzo de 2014.- Si hay algo que logran Nicolás y su combo es impedir que los venezolanos perdamos la capacidad de asombro. Todos los días se esfuerzan en superarse a ellos mismos. ¡Y vaya con qué facilidad lo logran! Son expertos en el espeluznante “arte” de generar caos y violencia en nuestra Venezuela.
Caracas, 23 de marzo de 2014.- Hace más de 20 años un grupo de oficiales sublevados atentó contra las instituciones del país a través de las armas, los tanques de guerra y la barbarie pura. En ese momento de convulsión y agotamiento de las estructuras tradicionales de poder muchos se pusieron del lado de los golpistas, los justificaron y convirtieron en un acto de heroísmo al mayor acto de cobardía de la historia republicana de nuestro país. Un golpe fracasado que tuvo como objetivo principal atentar contra la vida del para entonces presidente y su familia. En el libro “La rebelión de los náufragos” de la escritora Mirtha Rivero relata muy bien el ataque a La Casona, la residencia presidencial, por parte de las tropas golpistas, tropas que dispararon morteros mientras allí solo se encontraban la esposa e hijas del presidente.
Caracas, 23 de marzo de 2014.- En vez de andar anunciando tarjetas de racionamiento, Nicolás y Cilia deberían tener la valentía de desenchufarse y salir a hacer mercado, como lo hacen diariamente millones de familias venezolanas.
Caracas, 20 de marzo de 2014.- Durante quince años en el país se han fomentado abiertamente los postulados comunistas. Aunque el Gobierno ha invertido gran cantidad de recursos en vender estas ideas, el venezolano todavía no está convencido de la doctrina marxista. Tan poca receptividad ha tenido muchos de los principios comunistas que el régimen ha tenido que hacerlos mutar o disfrazar, por lo menos en el discurso. Ejemplo de esto es el tema de la religión, que está tan arraigada en nuestro pueblo que hasta el más comunista ha tenido que declararse seguidor de Jesucristo, queriendo incluso desviar su mensaje; algo que contradice al comunismo que se declara ateo. También ha tenido mucha resistencia el tema de la abolición de la propiedad privada, cosa que el Gobierno ha ido disfrazando.