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Caracas, 11 de junio de 2014.- En los países modernos las cifras son un instrumento muy importante para medir ciertas realidades sobre lo que está  pasando en un momento y un lugar determinado. Existen todo tipo de cifras y estadísticas para evaluar cualquier tema, siendo los principales tópicos los económicos, sociales, ambientales y políticos. En esos países se le da mucha importancia a los resultados de las cifras, pero aún más importancia y seriedad a la construcción de las fórmulas para que los resultados sean el producto verdadero de la realidad que se vive en las calles del país. De forma tal que cuando en Alemania se habla de un desempleo del 5,2% este año y una inflación anualizada de 1,33% se tiene absoluta certeza de los datos, y cuando se compara con la realidad del país se observa que hay congruencia. Sin embargo, si estos datos fuesen alterados por el gobierno, las instituciones, medios y grupos independientes alemanes inmediatamente sacarían a la luz los datos reales, puesto que los datos para construir las cifras finales son públicos y cualquiera puede aplicar las fórmulas y obtener los resultados ciertos.

La realidad es muy distinta cuando se analizan países del llamado "tercer mundo", ya que las cifras son utilizadas como un instrumento político para vender "realidades" y sensaciones sobre situaciones que a la luz pública son distintas a los que esas cifras presentan. Casos como el venezolano resultan emblemáticos en esta materia. Durante los últimos 15 años el gobierno "revolucionario" se ha cuidado  tanto de cifras adversas que incluso ha cambiado las fórmulas de cálculo de esas cifras. Así vemos que en el caso del desempleo, por ejemplo, desde hace algunos años se toma al llamado trabajador informal como si estuviese empleado, lo cual no corresponde con la realidad de las calles. Normalmente, las personas que se dedican a la economía informal lo hacen porque no han encontrado algún empleo de calidad para satisfacer sus necesidades. En las cifras sobre empleo en Venezuela este dato distorsiona absolutamente la tasa de empleo/desempleo. Se calcula realmente que la tasa de desempleo en Venezuela está por encima del 25%, cuando la cifra oficial ronda el 10%

La verdad es que en Venezuela ninguna cifra es confiable. En primer lugar, porque los registros de los cuales se sacan los datos para obtener las cifras no son públicos. Los venezolanos no tenemos acceso a saber ni siquiera cuál es la producción petrolera de Pdvsa, así como no sabemos cuántas viviendas ha construido la Misión Vivienda, ni cómo se gastaron 25 mil millones de dólares que no aparecen por ningún lado, por citar algunos ejemplos. En segundo lugar, porque el gobierno ha montado fórmulas paralelas para calcular las cifras, de manera que distorsionen lo que está ocurriendo en realidad; como es el caso de la inflación, que aún maquillada supera el 50%, pero que realmente asciende sobre el 80%. En tercer lugar, porque el gobierno tiene prácticamente un  monopolio comunicacional que no permite que salgan a la luz y lleguen a la mayoría de los venezolanos las verdaderas cifras de lo que está sucediendo en el país. Por esta razón, la verdadera situación nacional sólo es conocida por muy pocos, mientras la mayoría del país está sometida a un incesante bombardeo mediático goebbeliano que busca engañar a la población con el fin de mantener el control político de la nación.

Para desgracia de algunos, la situación está tan mal que ya no se puede ocultar. Ni las cifras más maquilladas pueden tapar que no hay aceite, ni arroz ni harina ni papel tualé; tampoco pueden tapar que la misión vivienda no ha entregado ni la cuarta parte de las 600 mil casas que deberían estar entregadas para este año; así como que la poca producción petrolera no alcanza para mantener el gran gasto del gobierno "revolucionario" ni con los más altos precios en la historia del comercio de crudo; menos pueden tapar la violencia desbordada y el rotundo fracaso de más de 20 planes de seguridad que sólo han servido para llenar los bolsillos de algunos; y nunca podrán tapar el antro de corrupción que resultó el control de cambio y Cadivi que sólo sirvió para llenar los bolsillos del algunos enchufados mientras dejaron al país en la bancarrota.

Apenas se están viendo destellos del absoluto fracaso que han significado estos 15 años de demagogia compulsiva, ineficiencia, corrupción e incapacidad. Si hubiese algún grado de transparencia en la gestión pública nos daríamos cuenta verdaderamente del descalabro que ha sufrido el país. Mientras tanto seguirán tratando de maquillar la realidad manipulando y creando cifras, no realidades.

Categoría: PJ en las Noticias