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Caracas, 11 de agosto de 2013.- Durante los primeros 100 días de la gestión de Maduro, él ha pasado 25 en el exterior. En vez de viajar tanto, Nicolás haría bien en visitar el hospital del Algodonal (y el resto de la red de hospitales públicos) para entender el drama que enfrentan aquellos que no tienen otro remedio sino acudir al sistema público de salud.

Los testimonios son estremecedores: falta de insumos, ascensores dañados. Terapias intensivas cerradas por falta de equipos y materiales. Condiciones de insalubridad extrema.
Enfermos graves peloteados de un centro asistencial a otro, en una carrera contra el tiempo para salvar su vida. 

Meses de espera para que le practiquen una operación a pacientes con tumores y otros padecimientos graves.

Miembros de la sociedad médica del Algodonal declararon esta semana el cierre técnico del hospital, ante la imposibilidad atender a los enfermos que allí concurren.
Nuestra posición es clara: no se puede seguir regalando a otros países ni una sola gota de petróleo mientras nuestros hospitales necesiten recursos para insumos, equipos y para pagar sueldos dignos a todos los trabajadores hospitalarios. Primero Venezuela y los venezolanos.

Es inconcebible que el Gobierno pretenda ahogar a las clínicas privadas sin atender primero su obligación fundamental de gerenciar adecuadamente la red de hospitales bajo su responsabilidad. 

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SANGRE AMARILLA

El Gobierno quiere tapar el costo de la vida, la violencia, la falta de empleo y la corrupción, persiguiendo a Primero Justicia.

Los justicieros nos hemos convertido en la piedra en el zapato para un gobierno débil, inestable y mediocre.
Primero Justicia representa, junto a la unidad, la fuerza del cambio y de la renovación política.

Luchamos por la justicia social y la libertad. Lo vamos a lograr para todos por igual.

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CHINOS SE ADUEÑAN DE TU TRABAJO

El 30 de julio apareció publicada en Gaceta una ley describiendo un amplio acuerdo de cooperación energética, petrolera y petroquímica entre Venezuela y China. 

En la práctica, estamos entregando nuestros recursos y nuestra soberanía al gigante asiático, sin que se haya consultado previamente a tal efecto a los venezolanos. Queda en manos chinas la explotación de la Faja, la construcción de refinerías, terminales petroleros, plantas eléctricas, prospección, exploración y explotación de minerales y pare usted de contar. Llama mucho la atención que también se encargarán del ordenamiento territorial en nuestro país, de acuerdo a este decreto ley. 

Debemos más de 30 mil millones de dólares al Gobierno chino y pareciera que les llegó el momento de cobrarnos la deuda.

Miles de ciudadanos chinos llegan a Venezuela con cédula y pasaporte venezolanos, sin conocer nuestro idioma ni nuestras costumbres. ¿Cuántos compatriotas pierden oportunidades de empleo por esta política poco nacionalista?