Valera, 03 de mayo de 2015.- El secretario Nacional de Educación de Primero Justicia, profesor Gustavo Padrón, quien se encuentra de visita en el estado Trujillo, manifestó su pesar por la difícil situación a la que se enfrentan los docentes venezolanos debido al "salario de hambre" que devengan.

Comenta Padrón que el aumento de sueldo decretado por el Presidente Nicolás Maduro del 30% es exiguo para mantenerse, sobre todo porque la inflación ya se ubica en un 50%. Explica que este incremento representa bolívares 36 por día para cada trabajador y que a su juicio no alcanza ni para comprar un desayuno. 

"Declaramos a Nicolás Maduro el enemigo número uno de la educación venezolana, pues nunca se ha preocupado por atender a este importante sector de la población. Ninguno de los aumentos privilegia a los educadores, quienes reciben un salario por debajo del monto mínimo nacional", expresó.

Salarios miserables

En el mismo orden de ideas, subrayó que un educador tipo 1 cobra bolívares 5 mil 144, mientras que un educador tipo 6, que debe alcanzar los grados más altos de profesionalización, recibe bolívares 7 mil 624 de salario.

"Estas cifras reflejan que el Gobierno no ha entendido que el educador no es un trabajador cualquiera. Es un empleo especializado para la formación ciudadana, no es posible que el Presidente tenga mayor consideración con los militares que con la Educación y dedique gran parte del presupuesto nacional para comprar armas y aumentarle los sueldos a los uniformados, mientras que muchos niños y jóvenes no tienen ni siquiera una escuela donde recibir clases", apuntó.

Dijo que el cincuenta por ciento de las instituciones educativas de Trujillo se encuentra en precarias condiciones, bien sea por daños en las plantas físicas, hacinamiento o ausencia del Programa de Alimentación Escolar y que son del conocimiento público, sin embargo, ninguna autoridad se ha preocupado por cambiar esta realidad.

Añade Padrón que hay poblaciones donde los docentes deben impartir clases en canchas deportivas o casas prestadas porque aún no se han terminado o construido las escuelas. Esto a su juicio obedece a que en la Asamblea Nacional no hay ninguna comisión de educación que vele por los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Llama a los educadores a organizarse y luchar por reivindicaciones laborales. Exige al gobierno nacional se sinceren los tabuladores de salarios, no sólo de los educadores sino de todos los empleados.