Maracaibo, 21 de octubre de 2016.- En los momentos finales es donde la calma y la estrategia diferencian a los grandes líderes. Lo que vivimos ayer fueron dos crónicas que el pueblo sabía que se gestaban y que simultáneamente han salido a la luz pública. La Primera Cerrar cualquier vía democrática para salir de esta crisis. El CNE le cumplió a Maduro, pero ningún obstáculo pudo frenar la voluntad del 80% de un Pueblo. Tuvo que ser el Poder Judicial, sin medir derecho o consecuencia alguna, quien asesinara la ya moribunda democracia. La segunda fue la entrega de quien nunca luchó. La entrega del que siempre cuidó su parcela bajo la premisa país, sin pensar en ningún momento en él. El que siempre vio la Unidad para hacerse del poder y ante cualquier sacrificio apostó a traicionar a su pueblo, porque para ellos; lo único importante siempre fue su parcela.

Para los hombres y mujeres de bien esto que sucedió ayer, debe traducirse en lucha. Lo que hoy el Gobierno cree su obra maestra es irremediablemente su sentencia de muerte. Es La agonía de quienes sabiéndose acorralados deben quitarse la careta que aún conservarán, para buscar alargar lo que ya no pueden.

Lo que agoniza siempre muere y cuando algo muere, algo nace, y eso que nace debe nacer sano. Que lo malo se quede con lo malo y que sea la traición la mejor purga para este nuevo país que está por nacer. Este es un pueblo que no entiende de traiciones, y que quienes lo intentan pasan al olvido para abrir pasó a los que si lucharon de verdad, a los que dieron la cara cuando nadie creía en esto, a los que no negociaron nunca sus principios porque sabían que está lucha era larga, pero que era la verdadera. Por eso aquí estamos. Aquí nadie se rinde! Aquí nadie se doblega! Ante la agonía del tirano y la purga de quien nunca estuvo. Se abre los vientos de cambio y lucha para nuestra Venezuela.