Shully Rosenthal: La recta final


Caracas, 15 de agosto de 2016.- Van tres vueltas. El pelotón no se ha despegado de la punta, pero el representante rojo mantiene aun una pequeña ventaja, aunque se le ve ya cansado y con un rendimiento distinto al de sus presentaciones anteriores. Se le nota preocupado porque falta un par de vueltas y no se le ve oportunidad que pueda llegar a la meta.

Los espectadores no lo pueden creer; están viendo el derrumbe de una mentira. Solo un adversario ha comprendido, luego de 17 años, la manera adecuada para ganar la carrera.

No, no es una carrera de los juegos olímpicos, se trata de un gobierno insostenible e ineficiente que está tratando de finalizar este año sin ser castigado por su gran adversario: los venezolanos.

Pero es tarde para el representante rojo, ya que la mayoría de los venezolanos no lo apoyaran más y esto los llevo a entender que una carrera se gana con constancia, preparación física y mental, teniendo como aliado la calle y un pueblo unido y con una actitud positiva, pacífica y democrática.

Los venezolanos comprendimos que si estamos convencidos de nuestros propósitos, los podemos lograr. Debemos entonces acelerar el paso, no dar tregua, mantenernos unidos bajo una misma línea de acción, la tricolor, para superar al adversario y sacarle una ventaja contundente.

Evidentemente, estamos compitiendo en medio de una grave crisis, que ya pasa a ser una debacle que nos afecta emocional, económica y físicamente a todos los venezolanos, sin embargo, nunca antes habíamos estado tan cerca de la meta, ya mas nunca nos volveremos a retirar por ningún motivo. Porque lograr alcanzar la meta significa recuperar nuestro país que está destruido, representa la oportunidad de comenzar la avanzada cierta como sociedad, reencontrar a las familias, encarna el deseo de ver una Venezuela con presente y con un futuro prometedor.

Debemos darlo todo, pero juntos, claro que son emociones encontradas, dudas y miedos que debemos afrontar unidos, frustraciones desechadas que ahora podemos revertir. Llegó el momento de apretar  el paso, porque la victoria en la carrera sí es posible y así se siente y se escucha.

Estamos en la última vuelta…El pelotón se despegó, el representante rojo ya no lidera la carrera, se le nota ahogado, la presión de su rival lo tiene perturbado y deprimido. Ahora depende de la tricolor unida que avanza a toda velocidad a la meta, pese a las adversidades, pese a los árbitros parcializados, se notan con determinación por alcanzar el triunfo...si lo vamos a lograr allí está la meta. Solo depende de nosotros.

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