Andrés Villavicencio: El partido trasnochado

Coro, 01 de septiembre de 2014.- Mucho se ha dicho en Venezuela en el último trimestre con relación a las ideologías desfasadas de la política y la obsolescencia de algunos modelos del siglo pasado, cosa positiva. Lo que resulta un chiste de mal gusto es que han sido Nicolás Maduro y algunos integrantes del PSUV quiénes han puesto dicho tema en la palestra pública.

¿A qué se hace referencia con el "trasnocho" en la política? Sencillo: A ideas que si bien en un momento determinado lograron "vender humo" o despertar esperanza y afecto en personas que creyeron y apostaron en esas ideas su confianza, con el pasar de los años, éstas -como todo en la vida- se hacen inaplicables en la práctica porque vivimos en un mundo dinámico que avanza. Por lo que, en resumidas cuentas, una idea trasnochada es una idea que no es compatible con la vida moderna y libre de las sociedades hoy.

Por eso cuando Nicolás Maduro, habla de "combatir la izquierda trasnochada" sólo hace falta hacer memoria y recordar que él preside un gobierno y un partido que:

Ha cerrado canales de Televisión.

Niega divisas para papel a periódicos con líneas editoriales críticas.

Utiliza grupos armados para amedrentar impunemente protestas.

Mantiene un control cambiario en pleno 2014.

Partidizó las Fuerzas Armadas.

Defiende a genocidas como Bashar Al-Assad.

Confiesan que Fidel Castro es su modelo político a seguir.

Secuestró los medios de comunicación del Estado para hacer propaganda al partido oficial.

Acabó con la autonomía de los poderes e instituciones públicas.

Celebra el aniversario de un golpe de estado... fallido.

Limita el acceso de la gente a comida y medicinas por medio de racionamiento regulado por captahuellas.

... y fácilmente, con todo esto, llegar a la conclusión de que el PSUV es un partido olímpicamente trasnochado y casi feudal. Sin moral ninguna para acusar de este mal a nadie. Porque, fuera de lo escencialmente político, incurren en prácticas fascistas como celebrar un "Congreso Ideológico" donde no se debate sobre autocrítica, y además se expulsa a quiénes opinan, y con razón, que hace falta un cambio de modelo porque la crisis lo agotó. O hipocresías básicas como quejarse del capitalismo desde Twitter y leer El Capital de Carlos Marx, desde un iPad. No sólo perdiendo el sentido del ridículo, sino haciendo gala del enorme atraso del que padecen en relación con la mayoría del resto del planeta, en una era donde la globalización es un hecho y el mundo cambió para siempre.

blog comments powered by Disqus